Normalmente, en nuestros artículos hablamos de interiorismo, de funcionalidades de la pintura e incluso de cómo debemos usar los productos, pero nunca nos solemos parar a mirar cómo de beneficioso para puede ser el acto en sí de pintar una habitación.
Saber disfrutar del proceso previo es la mejor forma de saborear el resultado final
A la hora de plantear un cambio en casa, desde unos simples detalles decorativos a una reforma integral, el propio proceso de visualizar cómo nos gustaría que luciese nuestro entorno es algo que disfrutamos. Y en familia o pareja, aún más. Es un trabajo colaborativo donde se ponen en común ideas y preferencias y se pactan unas metas que acaban concluyendo en nuestra casa soñada.
Cuando, en ese proceso, se decide repintar (ya sea por razones estéticas como por el mal estado de una pared) también disfrutamos plenamente del momento de decisión previa. Miramos nuestras paredes y nos imaginamos cómo quedarán después del cambio. Son un elemento fundamental de nuestro hogar y, junto con el resto de elementos, juegan un papel clave en cómo de bien nos sentimos en él.

Es divertido elegir tipos de pintura, comparar colores, descubrir productos que tal vez desconocíamos, aprender… Y ponerlo en práctica
A la hora de descubrir tipos de pintura para usar en nuestro hogar, seguramente nos dejemos enamorar por las pinturas inteligentes, que poseen funcionalidades concretas. Por ejemplo, las pinturas antimanchas repelen la suciedad y las higienizantes tienen conservante antibacterias. También descubriremos las pinturas con fragancias y las pinturas ecológicas, más sostenibles y saludables.
Seguramente también nos sorprenda la cantidad de colores que podemos elegir, gracias al sistema tintométrico de Blatem, o lo interesante que puede ser restaurar un mueble y darle un acabado vintage con la pintura a la tiza o chalk paint.
Pero lo divertido no es solo imaginar y planificar desde el sofá. Una vez tengamos claro qué queremos hacer, viene lo mejor. Ponernos manos a la obra.
Cuando ya nos hayamos hecho con los productos necesarios y sepamos cómo aplicarlos -aconsejados por un profesional en tienda y también con los consejos que os damos en las páginas web (ésta o blatem.com) y canales de Youtube como los de Blatem- es el momento de hacer realidad los sueños.
¿Qué tedioso, no? Pues no, pintar puede ser un plan muy divertido para que el fin de semana os pongáis en marcha y os sintáis realizados consiguiendo, en equipo, tener un hogar más agradable y renovado.
Con música en el altavoz o en el tocadiscos las brochas serán los micrófonos. Y con un móvil podéis grabaros desde un punto fijo para luego tener a cámara rápida toda la evolución. O ir documentando con fotos o video-stories vuestro pequeños avances para compartirlos en redes.

Belleza para vuestro entorno, salud para vosotros
Pero no todo son risas, canciones marchosas e hiperactividad. Pintar es terapéutico. Son básicamente momentos de calma que necesitan cierta focalización, como si de yoga estuviésemos hablando.
Aunque, la verdad, tampoco es hacer meditación. Es un ejercicio más aeróbico, y este es otro de sus beneficios. Sin que lo parezca, vamos a quemar calorías haciendo algo útil y divertido.
Por todo esto, si vais a repintar una habitación, unos muebles o la casa entera no dudéis en tomároslo como un divertido plan de pareja o familiar que os hará sentir más unidos y más realizados.